© Tony Tirado 2016
Tony Tirado web personal

Sábado, 03 (Vila-real > Dakar)

Después de la obligada escala en Madrid para coger un vuelo internacional, llegamos al aeropuerto “Léopold Sédar Senghor” de Dakar, capital de Senegal. Han sido 4’30h de vuelo. A nuestra llegada nos esperaba Tafa, hermano de Marem, amiga de nuestro cómplice de viaje Javi. Para que nos fuésemos acostumbrando a los ritmos de este país, esperamos una hora en la salida de un aeropuerto acorde con el resto de las infraestructuras de Senegal, ahí estriba su encanto. La primera noche la pasamos en el apartamento que Tafa tiene alquilado junto con su hermano Kárá, que será nuestro acompañante en esta aventura africana. El lugar está en un barrio aparentemente “no recomendable” según nuestra visión europea, pero que en realidad está muy bien. La noche ha sido larga, el calor, los mosquitos, dormir en el suelo y el sonido de los aviones no me han dejado tener un sueño tranquilo… no importa, estoy en áfrica.

Domingo, 04 (Dakar > Darou)

Nos hemos levantado a las 7’00h con la intención de ir a Darou, pueblo rural donde nos espera nuestra amiga Marem. Teóricamente teníamos alquilado un vehículo para nuestra estancia en el país. Como era de esperar y después de muchas llamadas, el coche aún no estaba claro. Es curioso ver que los senegaleses, por lo menos con los que estamos, llevan 2 y 3 teléfonos móviles, para llamadas, datos y no se que más. Aun así después de muchas llamadas da la sensación de que no cierran ningún trato, a lo largo del viaje nos daremos cuenta de la red de amistades con la que funcionan. Javi, Clara y Tafa se marcharon a buscar un coche que tenían apalabrado. Xavi y yo nos marchamos a hacer fotos. Como era domingo, había gente por las calles. Fotografiamos a chicos jugando al futbol, aquí el Barça y el Madrid causan furor. También fuimos a un cementerio cristiano que no tenía mucho interés, pero para nosotros hasta que no se demuestra lo contrario, todo es interesante. Sobre las 12’00h llegaron con el coche, un Opel Zafira de 7 plazas. Cargamos las maletas como pudimos y salimos con destino a Darou. Yo me marché en el coche de Tafa, un Toyota Corola en el cual pude sentir la sensación de “acojono” que da el ir a 150 km/h por una carretera de 50. Tafa habla español pero creo que no entendió mis comentarios. A las 16’30h llegamos a Darou a una casa grande y lujosa, en comparación con el resto del pueblo, que tienen alquilada. Comimos sentados en el suelo y en un ambiente muy agradable, arroz y pescado, después descansamos un poco. Estábamos ansiosos por hacer fotos, pero a Marem no le hacia ninguna gracia que saliésemos e intentaba retenernos en la casa con cualquier excusa. En un descuido, pudimos salir y comenzamos a hacer retratos sobre todo a niños. Comenzaron a rodearnos pidiendo foto, hubo momentos de mucho agobio. Marem vino a buscarnos y nos llevo a casa. Después de cenar volvimos a salir, esta vez estaba todo más calmado.

Lunes, 05 (Darou > Kaolack)

Esta mañana vino a buscarnos Serge, que será nuestro chofer en este viaje. Es muy importante tener chofer y guía senegaleses. Las carreteras son complicadas y muy mal señalizadas, además no es conveniente que el coche lo conduzca un blanco. Por desgracia estos países cuentan con una corrupción endémica en los cuerpos de policía y los blancos somos “carteras con patas”. Lo primero que hicimos fue visitar un par de escuelas coránicas. Pequeños corrales en condiciones pésimas donde los niños estudian el Corán. Muchos de ellos duermen y comen en estos lugares. Pueden estar hasta los 10 años, luego pasarían a escuelas normales a aprender otras cosas. Los maestros escriben, en viejas tablas de madera, pasajes del libro sagrado y los niños lo repiten hasta aprenderlos de memoria. Después de esta visita nos despedimos de nuestra amiga Marem y emprendimos viaje a la aventura. Nos acompañan Serge, el chofer, y Kàrà el hermano pequeño de Marem con el cual nos entendemos en inglés. Nuestra próxima parada será Touba donde se encuentra la mezquita más grande de Senegal. De camino paramos en aldeas con chozas de adobe y paja, en el mejor de los casos, y retratamos a sus habitantes, gente amable que se sorprendía de que unos blancos se interesasen por su modo de vida. Llegamos a Touba y fuimos directamente a la mezquita. Al intentar entrar, se lió una gran bronca. Salió a la puerta un personaje que decía que era el guía e intento sacarnos dinero para visitarla. Kàrà y Serge le dijeron que ellos nos acompañaban, y ahí comenzó el lió. Cada vez gritaban más y no llegaron a las manos porqué Ala no quiso. Al final nos marchamos sin ver la dichosa mezquita. Esta claro que los turistas somos presas a abatir. Llegamos a Kaolack, nuestro destino de hoy. Estamos en un hotel que está muy bien. Por la tarde fuimos a buscar unas salinas excavadas en pozos que habíamos visto en unas fotos, pero acabamos en otras diferentes. Regresamos al hotel y después de cenar, a dormir.

Martes, 06 (Kaolack > Ziguinchor)

Después del desayuno salimos en dirección a la región de Casamance al sur del país con destino a Ziguinchor. Para llegar hay que cruzar Gambia ya que es la ruta más corta. Nos da un poco de temor cruzar fronteras en áfrica por la poca confianza que da la policía, demasiada corrupción. Al llegar nos han pedido el pasaporte un montón de veces, para salir de Senegal y para entrar en Gambia donde hay que pagar tributo, me imagino que nosotros pagamos bastante más, también nos han advertido que está prohibido hacer fotos en el país… menuda gracia para un fotógrafo. Para cruzar el río Gambia, no hay más remedio que hacerlo en ferry, es el único medio ya que no hay puentes (ahora están construyendo uno con dinero extranjero). Cuando llegamos había una buena cola y le dimos dinero a Kàrà para sobornar a la policía, algo bastante común. Me da no se qué llegar y colarme de esta gente que está esperando. También es cierto que a nadie le extraño y nosotros ganamos un tiempo precioso, aun así esperamos un par de horas. Gambia no da buenas sensaciones. Al llegar a Ziguinchor hemos ido a buscar hotel, pero está todo lleno. Al final a través del hermano del Serge hemos conseguido un “hotel” que está en un barrio de apariencia no recomendable, incluso la fachada da yuyu, pero hay que reconocer que las habitaciones están bien. Poco a poco nos vamos acostumbrando a no prejuzgar por el aspecto de las cosas. Después de una reconfortante ducha fuimos a una zona de pescadores. Todo estaba lleno de barcas muy coloridas. Hemos pasado un buen rato haciendo fotos.

Miércoles, 07 (Ziguinchor)

Hoy queremos ir a la isla de Carabane de la cual tenemos alguna referencia. De camino volvimos a la zona de pescadores, hoy había mercado y no han sido tan amables como ayer, de hecho, nos ha tocado marcharnos rápidamente. Para ir a la isla debemos llegar a un pueblecito y alquilar una barca que nos llevará hasta ella. Por un error al tomar una dirección, fuimos al contrario, no hay muchas señalizaciones pero preguntando y después de 2h llegamos a Elinkin donde pudimos negociar el alquiler de la lancha. Carabane es un pequeño caribe con palmeras y muchos restaurantes. En esta isla se fundó una colonia francesa y por ese motivo se conservan numerosas construcciones de ladrillo que hoy son pequeños hoteles y restaurantes. Me llamo la atención la cantidad de mujeres, muchas de ellas españolas, acompañadas de lugareños guapotes… Dimos un agradable paseo por la isla y compre unos pantalones de un famoso sastre del lugar llamado Paco, todo un personaje. Después de comer buen pescado regresamos a Elinkin. De camino a Ziguinchor, paramos en algunos poblados, pero hubo uno muy especial, se llama Mlomp y en su entrada tiene unos arboles milenarios impresionantes. Sus raíces aéreas forman murallas naturales, es un lugar mágico. Mientras hacíamos fotos, apareció un hombrecito que hablaba castellano bastante bien. Se llama León y nos explico las curiosidades de estos arboles y nos mostró un pequeño museo.

Jueves, 08 (Ziguinchor > Kaolack)

Hoy ha sido el día tonto del viaje. Buscamos un pueblo donde nos dijeron que había un grupo de danzas tribales. Después de dar un montón de vueltas por caminos de tierra, encontramos la casa del organizador, pero no estaba. Tuvimos que regresar por donde vinimos. Toca volver a cruzar la frontera de Gambia…temblamos. Hoy la cola era espectacular, hablamos de estar días esperando para cruzar, así que una vez más sacamos las carteras y sobornamos a algún pez gordo de la policía. Después de una espera de 6’30h al final pudimos cruzar el río, se nos hizo de noche y subimos al último ferry del día. Es inhumano que para cruzar un país de 10 km de ancho la gente tenga que esperar tanto tiempo. Llegamos al hotel a las 2 de la madrugada.

Viernes, 09 (Kaolack > Palmarin)

Hoy nuestro destino es Palmarin en la costa noroeste del país. Lo primero que queríamos era encontrar los famosos pozos de sal que no pudimos encontrar los primeros días. Gracias a la ayuda de un amigo de Kàrà dimos con ellos. Es un sistema de extracción de sal por desecación. Se perforan unos grandes hoyos que son llenados con agua marina y el sol se encarga de secar el agua dejando en el fondo la sal. Palmarin es una zona muy bonita y muy turística. Los hoteles son carísimos. Hay que destacar que Senegal es uno de los países más caros para vivir de áfrica, incomprensible si vemos como vive la mayoría de la población. Después de preguntar en varios sitios acabamos en el Baobab Lodge que era el de precio más razonable, 50€ por habitación, eso si tenía una piscina que agradecimos como si nunca hubiésemos visto ninguna. Justo enfrente del hotel hay un baobab de 36 mts de perímetro, el más grande de Senegal y el segundo de áfrica…simplemente impresionante. Tiene un agujero para poder entrar por que su interior es hueco. Por la tarde nos invitaron a asistir a un espectáculo de lucha senegalesa en el pueblo de Samba Dia, lo único que teníamos que hacer era pagar el premio, un saco de 50k de arroz. Nos llevaron a una casa destartalada con un patio interior. Comenzó a llegar gente, luchadores a cada cual más musculoso y muchos niños. Se junto todo el pueblo. Fue algo único de ver. Los competidores se mojaban con agua y luego se tiraban arena. El ganador del combate es el primero que tira al otro. Cuando después de algunos intentos ninguno de los dos cae, el triunfador lo decide una moneda. Se nos hizo de noche y después de darle el premio al vencedor, regresamos a nuestro hotel en Pan Joal. Aún tuvimos algo de tiempo para salir y hacer un ligthpainting del baobab milenario.

Sábado, 10 (Palmarin > Dakar)

Después de un buen desayuno salimos con destino a Dakar. Hemos parado en un pueblo a dejar a Serge que lleva unos días enfermo. Ha estado vomitando toda la noche y ha decidido ir a un hospital. A partir de ahora el coche lo llevará Javi. Hemos intentado bordear la costa y nos hemos dado cuenta de que está llena de resorts y urbanizaciones. Aquí estamos viendo a todos los turistas blancos que no hemos visto durante nuestro viaje. Decidimos ir directamente a Dakar y visitar el Lago Rosa. El lago Rosa debe su nombre a un alga llamada Dunaliella salina que lo tiñe de este color. Su grado de salinidad es igual que el del Mar Muerto. Tiene una extensión de 3 km2 y de él viven muchas familias gracias a la extracción de sal. Los trabajadores cubres su piel con grasa de Karité y se sumergen hasta el cuello. Con unas palas van recogiendo la sal del fondo y la depositan en unas barcas de fondo plano. Luego la sacan a la orilla y la dejan secar al sol. Pudimos alquilar una barca y ver el trabajo que realizan estos hombres. Este lugar es conocido por que fue meta de llegada del rally París-Dakar hasta el año 2008. Regresamos a Dakar a buscar hotel, pero ante lo complicado que resultó, acabamos otra vez en casa de Tafa. Javi se ha marchado con Kàrà a devolver el coche e imprimir los billetes de avión. Xavi y yo salimos a dar una vuelta y hacer fotos.

Domingo, 11 (Dakar > Vila-real)

Hemos aprovechado el día para visitar la ciudad ya que nuestro avión sale a las 23’45h. Kàrà nos sirve de guía y lo primero ha sido ir a visitar el monumento a los pueblos africanos o algo así. Se encuentra en la cima de la montaña más alta de Senegal, a 150 mts de altura… flipas. Después fuimos a la zona de la Corniche, un área de playas y pequeños roquedales bañados por el mas. La zona está llena de aparatos de hacer ejercicio ya que por aquí entrenan los profesionales de la lucha senegalesa. Más tarde subimos a un barco que nos llevo a la isla de Goree. Un lugar que en sus inicios fue el puerto de áfrica más importante para la venta de esclavos. Paseamos por sus calles con edificaciones de estilo colonial que hoy albergan tiendas y restaurantes. También hay una gran cantidad de artistas que han habitado antiguas edificaciones medio destruidas y bunkers militares abandonados. Regresamos a Dakar y sobre las 20’00h cogimos un taxi para ir al aeropuerto.

Senegal

Viaje realizado del 03 al 11 de diciembre de 2016. Viaje de aventura fotográfica en compañía de Xavi Ferrer, su hijo Javi Ferrer y Clara Broch.
© Tony Tirado
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Sábado, 03 (Vila-real > Dakar)

Después de la obligada escala en Madrid para coger un vuelo internacional, llegamos al aeropuerto “Léopold Sédar Senghor” de Dakar, capital de Senegal. Han sido 4’30h de vuelo. A nuestra llegada nos esperaba Tafa, hermano de Marem, amiga de nuestro cómplice de viaje Javi. Para que nos fuésemos acostumbrando a los ritmos de este país, esperamos una hora en la salida de un aeropuerto acorde con el resto de las infraestructuras de Senegal, ahí estriba su encanto. La primera noche la pasamos en el apartamento que Tafa tiene alquilado junto con su hermano Kárá, que será nuestro acompañante en esta aventura africana. El lugar está en un barrio aparentemente “no recomendable” según nuestra visión europea, pero que en realidad está muy bien. La noche ha sido larga, el calor, los mosquitos, dormir en el suelo y el sonido de los aviones no me han dejado tener un sueño tranquilo… no importa, estoy en áfrica.

Domingo, 04 (Dakar > Darou)

Nos hemos levantado a las 7’00h con la intención de ir a Darou, pueblo rural donde nos espera nuestra amiga Marem. Teóricamente teníamos alquilado un vehículo para nuestra estancia en el país. Como era de esperar y después de muchas llamadas, el coche aún no estaba claro. Es curioso ver que los senegaleses, por lo menos con los que estamos, llevan 2 y 3 teléfonos móviles, para llamadas, datos y no se que más. Aun así después de muchas llamadas da la sensación de que no cierran ningún trato, a lo largo del viaje nos daremos cuenta de la red de amistades con la que funcionan. Javi, Clara y Tafa se marcharon a buscar un coche que tenían apalabrado. Xavi y yo nos marchamos a hacer fotos. Como era domingo, había gente por las calles. Fotografiamos a chicos jugando al futbol, aquí el Barça y el Madrid causan furor. También fuimos a un cementerio cristiano que no tenía mucho interés, pero para nosotros hasta que no se demuestra lo contrario, todo es interesante. Sobre las 12’00h llegaron con el coche, un Opel Zafira de 7 plazas. Cargamos las maletas como pudimos y salimos con destino a Darou. Yo me marché en el coche de Tafa, un Toyota Corola en el cual pude sentir la sensación de “acojono” que da el ir a 150 km/h por una carretera de 50. Tafa habla español pero creo que no entendió mis comentarios. A las 16’30h llegamos a Darou a una casa grande y lujosa, en comparación con el resto del pueblo, que tienen alquilada. Comimos sentados en el suelo y en un ambiente muy agradable, arroz y pescado, después descansamos un poco. Estábamos ansiosos por hacer fotos, pero a Marem no le hacia ninguna gracia que saliésemos e intentaba retenernos en la casa con cualquier excusa. En un descuido, pudimos salir y comenzamos a hacer retratos sobre todo a niños. Comenzaron a rodearnos pidiendo foto, hubo momentos de mucho agobio. Marem vino a buscarnos y nos llevo a casa. Después de cenar volvimos a salir, esta vez estaba todo más calmado.

Lunes, 05 (Darou > Kaolack)

Esta mañana vino a buscarnos Serge, que será nuestro chofer en este viaje. Es muy importante tener chofer y guía senegaleses. Las carreteras son complicadas y muy mal señalizadas, además no es conveniente que el coche lo conduzca un blanco. Por desgracia estos países cuentan con una corrupción endémica en los cuerpos de policía y los blancos somos “carteras con patas”. Lo primero que hicimos fue visitar un par de escuelas coránicas. Pequeños corrales en condiciones pésimas donde los niños estudian el Corán. Muchos de ellos duermen y comen en estos lugares. Pueden estar hasta los 10 años, luego pasarían a escuelas normales a aprender otras cosas. Los maestros escriben, en viejas tablas de madera, pasajes del libro sagrado y los niños lo repiten hasta aprenderlos de memoria. Después de esta visita nos despedimos de nuestra amiga Marem y emprendimos viaje a la aventura. Nos acompañan Serge, el chofer, y Kàrà el hermano pequeño de Marem con el cual nos entendemos en inglés. Nuestra próxima parada será Touba donde se encuentra la mezquita más grande de Senegal. De camino paramos en aldeas con chozas de adobe y paja, en el mejor de los casos, y retratamos a sus habitantes, gente amable que se sorprendía de que unos blancos se interesasen por su modo de vida. Llegamos a Touba y fuimos directamente a la mezquita. Al intentar entrar, se lió una gran bronca. Salió a la puerta un personaje que decía que era el guía e intento sacarnos dinero para visitarla. Kàrà y Serge le dijeron que ellos nos acompañaban, y ahí comenzó el lió. Cada vez gritaban más y no llegaron a las manos porqué Ala no quiso. Al final nos marchamos sin ver la dichosa mezquita. Esta claro que los turistas somos presas a abatir. Llegamos a Kaolack, nuestro destino de hoy. Estamos en un hotel que está muy bien. Por la tarde fuimos a buscar unas salinas excavadas en pozos que habíamos visto en unas fotos, pero acabamos en otras diferentes. Regresamos al hotel y después de cenar, a dormir.

Martes, 06 (Kaolack >

Ziguinchor)

Después del desayuno salimos en dirección a la región de Casamance al sur del país con destino a Ziguinchor. Para llegar hay que cruzar Gambia ya que es la ruta más corta. Nos da un poco de temor cruzar fronteras en áfrica por la poca confianza que da la policía, demasiada corrupción. Al llegar nos han pedido el pasaporte un montón de veces, para salir de Senegal y para entrar en Gambia donde hay que pagar tributo, me imagino que nosotros pagamos bastante más, también nos han advertido que está prohibido hacer fotos en el país… menuda gracia para un fotógrafo. Para cruzar el río Gambia, no hay más remedio que hacerlo en ferry, es el único medio ya que no hay puentes (ahora están construyendo uno con dinero extranjero). Cuando llegamos había una buena cola y le dimos dinero a Kàrà para sobornar a la policía, algo bastante común. Me da no se qué llegar y colarme de esta gente que está esperando. También es cierto que a nadie le extraño y nosotros ganamos un tiempo precioso, aun así esperamos un par de horas. Gambia no da buenas sensaciones. Al llegar a Ziguinchor hemos ido a buscar hotel, pero está todo lleno. Al final a través del hermano del Serge hemos conseguido un “hotel” que está en un barrio de apariencia no recomendable, incluso la fachada da yuyu, pero hay que reconocer que las habitaciones están bien. Poco a poco nos vamos acostumbrando a no prejuzgar por el aspecto de las cosas. Después de una reconfortante ducha fuimos a una zona de pescadores. Todo estaba lleno de barcas muy coloridas. Hemos pasado un buen rato haciendo fotos.

Miércoles, 07 (Ziguinchor)

Hoy queremos ir a la isla de Carabane de la cual tenemos alguna referencia. De camino volvimos a la zona de pescadores, hoy había mercado y no han sido tan amables como ayer, de hecho, nos ha tocado marcharnos rápidamente. Para ir a la isla debemos llegar a un pueblecito y alquilar una barca que nos llevará hasta ella. Por un error al tomar una dirección, fuimos al contrario, no hay muchas señalizaciones pero preguntando y después de 2h llegamos a Elinkin donde pudimos negociar el alquiler de la lancha. Carabane es un pequeño caribe con palmeras y muchos restaurantes. En esta isla se fundó una colonia francesa y por ese motivo se conservan numerosas construcciones de ladrillo que hoy son pequeños hoteles y restaurantes. Me llamo la atención la cantidad de mujeres, muchas de ellas españolas, acompañadas de lugareños guapotes… Dimos un agradable paseo por la isla y compre unos pantalones de un famoso sastre del lugar llamado Paco, todo un personaje. Después de comer buen pescado regresamos a Elinkin. De camino a Ziguinchor, paramos en algunos poblados, pero hubo uno muy especial, se llama Mlomp y en su entrada tiene unos arboles milenarios impresionantes. Sus raíces aéreas forman murallas naturales, es un lugar mágico. Mientras hacíamos fotos, apareció un hombrecito que hablaba castellano bastante bien. Se llama León y nos explico las curiosidades de estos arboles y nos mostró un pequeño museo.

Jueves, 08 (Ziguinchor >

Kaolack)

Hoy ha sido el día tonto del viaje. Buscamos un pueblo donde nos dijeron que había un grupo de danzas tribales. Después de dar un montón de vueltas por caminos de tierra, encontramos la casa del organizador, pero no estaba. Tuvimos que regresar por donde vinimos. Toca volver a cruzar la frontera de Gambia…temblamos. Hoy la cola era espectacular, hablamos de estar días esperando para cruzar, así que una vez más sacamos las carteras y sobornamos a algún pez gordo de la policía. Después de una espera de 6’30h al final pudimos cruzar el río, se nos hizo de noche y subimos al último ferry del día. Es inhumano que para cruzar un país de 10 km de ancho la gente tenga que esperar tanto tiempo. Llegamos al hotel a las 2 de la madrugada.

Viernes, 09 (Kaolack >

Palmarin)

Hoy nuestro destino es Palmarin en la costa noroeste del país. Lo primero que queríamos era encontrar los famosos pozos de sal que no pudimos encontrar los primeros días. Gracias a la ayuda de un amigo de Kàrà dimos con ellos. Es un sistema de extracción de sal por desecación. Se perforan unos grandes hoyos que son llenados con agua marina y el sol se encarga de secar el agua dejando en el fondo la sal. Palmarin es una zona muy bonita y muy turística. Los hoteles son carísimos. Hay que destacar que Senegal es uno de los países más caros para vivir de áfrica, incomprensible si vemos como vive la mayoría de la población. Después de preguntar en varios sitios acabamos en el Baobab Lodge que era el de precio más razonable, 50€ por habitación, eso si tenía una piscina que agradecimos como si nunca hubiésemos visto ninguna. Justo enfrente del hotel hay un baobab de 36 mts de perímetro, el más grande de Senegal y el segundo de áfrica…simplemente impresionante. Tiene un agujero para poder entrar por que su interior es hueco. Por la tarde nos invitaron a asistir a un espectáculo de lucha senegalesa en el pueblo de Samba Dia, lo único que teníamos que hacer era pagar el premio, un saco de 50k de arroz. Nos llevaron a una casa destartalada con un patio interior. Comenzó a llegar gente, luchadores a cada cual más musculoso y muchos niños. Se junto todo el pueblo. Fue algo único de ver. Los competidores se mojaban con agua y luego se tiraban arena. El ganador del combate es el primero que tira al otro. Cuando después de algunos intentos ninguno de los dos cae, el triunfador lo decide una moneda. Se nos hizo de noche y después de darle el premio al vencedor, regresamos a nuestro hotel en Pan Joal. Aún tuvimos algo de tiempo para salir y hacer un ligthpainting del baobab milenario.

Sábado, 10 (Palmarin > Dakar)

Después de un buen desayuno salimos con destino a Dakar. Hemos parado en un pueblo a dejar a Serge que lleva unos días enfermo. Ha estado vomitando toda la noche y ha decidido ir a un hospital. A partir de ahora el coche lo llevará Javi. Hemos intentado bordear la costa y nos hemos dado cuenta de que está llena de resorts y urbanizaciones. Aquí estamos viendo a todos los turistas blancos que no hemos visto durante nuestro viaje. Decidimos ir directamente a Dakar y visitar el Lago Rosa. El lago Rosa debe su nombre a un alga llamada Dunaliella salina que lo tiñe de este color. Su grado de salinidad es igual que el del Mar Muerto. Tiene una extensión de 3 km2 y de él viven muchas familias gracias a la extracción de sal. Los trabajadores cubres su piel con grasa de Karité y se sumergen hasta el cuello. Con unas palas van recogiendo la sal del fondo y la depositan en unas barcas de fondo plano. Luego la sacan a la orilla y la dejan secar al sol. Pudimos alquilar una barca y ver el trabajo que realizan estos hombres. Este lugar es conocido por que fue meta de llegada del rally París-Dakar hasta el año 2008. Regresamos a Dakar a buscar hotel, pero ante lo complicado que resultó, acabamos otra vez en casa de Tafa. Javi se ha marchado con Kàrà a devolver el coche e imprimir los billetes de avión. Xavi y yo salimos a dar una vuelta y hacer fotos.

Domingo, 11 (Dakar > Vila-real)

Hemos aprovechado el día para visitar la ciudad ya que nuestro avión sale a las 23’45h. Kàrà nos sirve de guía y lo primero ha sido ir a visitar el monumento a los pueblos africanos o algo así. Se encuentra en la cima de la montaña más alta de Senegal, a 150 mts de altura… flipas. Después fuimos a la zona de la Corniche, un área de playas y pequeños roquedales bañados por el mas. La zona está llena de aparatos de hacer ejercicio ya que por aquí entrenan los profesionales de la lucha senegalesa. Más tarde subimos a un barco que nos llevo a la isla de Goree. Un lugar que en sus inicios fue el puerto de áfrica más importante para la venta de esclavos. Paseamos por sus calles con edificaciones de estilo colonial que hoy albergan tiendas y restaurantes. También hay una gran cantidad de artistas que han habitado antiguas edificaciones medio destruidas y bunkers militares abandonados. Regresamos a Dakar y sobre las 20’00h cogimos un taxi para ir al aeropuerto.

Senegal

Viaje realizado del 03 al 11 de diciembre de 2016. Viaje de aventura fotográfica en compañía de Xavi Ferrer, su hijo Javi Ferrer y Clara Broch.